Sentí sus dedos en la oscuridad, desabrochando los últimos botones. Sentí el temblor de sus manos al ritmo quebrado de mi aliento. Escuché su voz susurrándome. Mientras me proponía vivirme toda. Y me dejé ir sin pensar volando sentimientos ¿Cuándo escribí esto? Quizás hace más de cinco años. Hoy no me reconozco Soy otra mujer la que se viste a diario, y cuando me miro en el espejo mi felicidad del balance que tengo. No me reconozco en mis textos.©