Me acostumbraste al olor de tu cuerpo, a la seda de tus besos al aroma que sale de vos en la cama de los sueños Me acostumbraste a llorar a reír en tus brazos sedientos. Me acostumbraste a ver la vida de otra manera con tus quimeras, y locos sueños. Me acostumbraste a sentirme a saber que en éste mundo hay amor aunque no todo sea perfecto. Me acostumbraste a las locuras que siento cuando te tengo y no te tengo. Cuando me trepo a tu cuerpo, como una gata que maulla gritando en el silencio. Me acostumbraste a usar mi mente mientras tu voz me penetra en el silencio Sos mi esclavo y yo tan sólo un pensamiento, que te vuelve loco sin yo quererlo.