Lo vió ...y en un instante supo que él, era el elegido. Los ojos de diablo se lo habían dicho. La cara de diablo, la clara sonrisa, la voz tan profunda que de profunda la llevaba a locas fantasías. Se vieron, rieron, y sin amarse ni juntar los cuerpos se sintieron. El era el diablo, y ella la dama de loca cabeza que lo fantaseaba. El grande inmenso,y ella tan frágil que de pequeña se perdía en un hombre que la complacía. Su boca en su cuerpo, su boca en su sexo, su boca en la mente,ya que él era el diablo... y se las sabía. Pasaron los meses, pasaron los días y él se adentraba en esa locura de miel y de sueños, de dudas y broncas, de deseos que se habían convertido en adicción de una simple mujer, y el diablo vestido de sexo. El era grande con aroma a infierno, a un fuego pegote que la humedecía por fuera y por dentro.Y cuando ella sentía la garra sagrada, cerraba los ojos y se transformaba de mujer a Gata, casi todos los días. El tenía dentro, ternuras escritas aprendidas en dosciento