Fui de él, él fue mío en mis sueños desvaríos. Y entre gritos y puteadas nos amamos de mañana . El y su mujer, infieles a sabiendas . Él se vuelve mi amante y a ella parece no molestarle, tiene un affaire con un atractivo abogado de Miami. En realidad, el único amor que les queda es el poder de la guita, ya que el sexo entre ellos ya no vale una mirada, ya no se meten en la cama a decirse cosas locas, a sentirse internamente a olerse como antes lo hacían. Para ella mostrar su enojo por lo que tuvo y no tiene, sería una pérdida de tiempo. No es una mina cualquiera, su belleza es muy buena. Y nunca fuimos tres, tampoco dos. Quizás no fuimos nada. Duró toda una vida o maybe noches sin días, lo que dura un parpadeo de una mirada escondida.