Había anochecido y todos los barrios se parecían. Encontré la casa y bajándome del auto toqué el timbre atendiéndome una empleada. El lugar estaba lleno de pinturas que abarcaban casi todo un muro. Mientras yo fumaba apareció. Se acercó diciéndome que su marido aún no había llegado. Nos pusimos a charlar de ella de mí. Su piel tenía una blancura color marfil . Me contó lo que quería . En ese momento entra él. Con un traje gris perla, y una sonrisa que mataba!!! El pelo muy corto canoso con una piel mate arrugada , por los años vividos de pasión, que yo sentí cuando lo miraba. Se disculpó diciéndonos que se daría una ducha, mientras ella me sonreía y él no dejaba de mirarla. Ella él y yo, una mujer en busca de lo que le faltaba... ©