Mientras escucho la música y con lágrimas en los ojos, escribo sin parar lo que me sale de adentro. Me enamoré cuando tenía trenzas y un alma de caramelo y nos unimos en un altar sin ningún velo. Y vivimos ese cuento de príncipe y princesa, yo fui todo para él y él rezaba para que siempre fuera buena. Y fui santa solo de él . Y él solo en mis pensamientos. Y así vivimos felices, hasta que un día se fue al cielo. Se lo llevaron de envidia los ángeles en un vuelo ...Y me quedé a solas descubriéndome de nuevo.