La cama le dice, le dice a la almohada... estoy harta de saltos gemidos y lava. Me duelen las tripas, me duele la espalda de tanto que saltan ¿Por qué no usan otro lugar, donde gemir con sus alas? La cocina es bella, el piso lustrado, el sillón del living, el baño enlozado, el auto, el cine, el rincón soñado -No- siempre terminan en mi colchón, deslizándose con gemidos y a contramano. Se mueven, se enlazan se besan, se aman, se vuelven dos... y saltan...Tocando con sus húmedos cuerpos el cielo, que baja hasta mí,convirtiéndome en un volcán con lava. La almohada en silencio sonríe, y sin decir nada cierra los ojos y piensa ...A mí solo me usan para ....... © Mucha. el blog de María es: Mi pluma de cristal