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RECOMENZAR


Mientras escucho la música  y con lágrimas en los ojos, escribo sin parar lo que me sale de adentro.  Me enamoré cuando tenía trenzas y un alma de caramelo y nos unimos en  un altar sin ningún velo. Y vivimos ese cuento de príncipe y  princesa, yo fui todo para él y él rezaba para que siempre fuera buena. Y fui santa  solo de él . Y él solo en mis pensamientos.  Y así vivimos felices, hasta que un día se fue al cielo.  Se  lo llevaron  de envidia los ángeles  en un vuelo  ...Y me quedé a solas descubriéndome de nuevo.

SENTADA CON ALIENTO A CHICLE DE MENTA...


Sentada en un banco de madera vestida con aliento a chicle de menta,  una blusa de organza la ceñía mostrando  las estrías de su alma arrabalera.  El pelo suelto con aroma a rosas, se lo había teñido de rojo intenso, y los hombres que pasaban la miraban guiñándole un ojo a la loca  fea.  Hasta que alguien se acercó y le dio una limosna, sin saber que lo que ella quería ... no era eso. Eran las ganas de un hombre que esperaba sentada  con aliento a menta fresca.


 

¿ ESTABA SALVADA ?

Y creyó. Porque era más fácil creer  y la atracción que sentía por él, la dominaba.  Y vivió años navegando el vaivén de las olas que la acariciaban...    Hasta que un día después de mareas tratando de mantener el bote  con olas lamiendo su entrada... Lo vio de verdad. Ya no era tan lindo.  El viento lo había vencido, y el sol le había sacado el brillo y el aroma a ganas.. Y ahí se quedó  petrificada, sin saber que hacer, ante el bote que ya no funcionaba.  Se tiró  al agua  y  vio que flotaba.  Con los ojos húmedos,  gritando su dolor alcanzó la orilla...