El Tren... que nos unió con las letras

Ana bajó del tren. Sus piernas se desdibujaron de esa penetrante mirada y lograron seguir sin él, pero el sabor y el encanto de saberse viva y acariciada, la envuelve completamente. En el bolsillo de su chaqueta: Una tarjeta. El guión de una historia que podría vivir, o simplemente olvidar. En sus labios, el gusto que dejó ese: ¿qué tenés que hacer el resto de tu vida? ¿Podés llamarme, por favor?" Y mientras camina, un nuevo color se instala en sus mejillas, desafiando el frío aire decembrino. La mirada profunda de picaflor sigue estremeciendo su cuerpo. Se anidó entre los encajes de su ropa interior y la acaricia suavemente, despertando en cada centímetro de piel, su sensualidad, su ser de mujer plena. Un hombre sin nombre, sin historia, un espejo erótico que devuelve con creces, el aroma que desprenden sus poros en exquisita alerta. Basta recordar aquel roce y el corazón se acelera, el mundo se silencia, sólo habla la piel en medio de un vértigo que nace de dos urgencias... Y surge tentadora, la posibilidad de colocar un acento distinto al corriente día. Esa noche, Ana caminó hasta su casa observando las cabinas telefónicas. Imaginaba la llamada. Recreaba el encuentro matizando la escena y las sensaciones. Pasó una semana acariciando el trozo de papel, durante noches de indecisión. Lo manoseaba con dedos y labios para revivir ese momento en el tren. La tarjeta estaba un poco ajada, pero el nombre impreso en ella: Juan, conservaba intacto el sabor a manzana prohibida. Sabor que deleita antes de ser probado. Y entre los dígitos del número telefónico, el recuerdo de esa mirada seguía, incendiando su cuerpo y su imaginación. ¿Será tarde para llamarlo? Observa su imagen en el espejo y dos pequeñas líneas en el entrecejo, la hacen sentirse ajada... Decide no postergar más su sexualidad. Nunca fue mujer de miedos. ¡Quiere vivir! No simplemente ser espectadora de existencia, a través de la ventanilla de un tren lento,
con paradas e inútilesreflexiones Su nombre será amor, deseo, encuentro. Un seductor la hará enloquecer por un tiempo y remplazará el recuerdo del imposible que tiñó su vida en gris letargo. Ella ya no tiene "owner" y está resuelta a ser de nuevo veleta, entre fuegos y pasiones. She looks in the pocket of her sweater that she wore, then in her purse that she held, "the card"La encuentra.Acaricia la tarjeta y decidida marca el número... El teléfono suena El corazón cabalga brioso en su pecho.
¿Y si Juan cambió la espera por Olvido?
Lo escucha: La voz es perfecta, ni ronca ni suave, ni alta ni baja. Es la voz de un hombre, en busca de la magia del amor que ella también necesita...Ana is inside his mind.Her power over him grows stronger. Se citan en el café del puerto. Ella llega en taxi. Desde la ventanilla lo divisa. La espera sentado en una mesa .Al fondo las velas de los barcos bailan sinuosas con la brisa marina. Un hermoso ramo de orquídeas violetas, resaltan sobre el blanco mantel.
Baja descuidadamente, con toda la intención de mostrarles las hermosas piernas que llevaba ocultas bajo su traje azul noche.Él la mira la disfruta y sonríe. Se da cuenta que su capacidad de cazador se había invertido...solo le restaba esperar ser cazado.Ella lo mira y le dice...Tengo 30 días de vida.¿ Podemos amarnos el resto de mis días?